Bien es sabido por todos que el desayuno es la comida principal del día y, aunque muchas personas tiendan a saltársela o a consumir pequeñas porciones, la ingesta de ciertos alimentos a primera hora de la mañana puede cambiar de forma radical la forma cómo te sientes y tu dinámica de trabajo.
Según los expertos, justo después de levantarse de la cama tras una reparadora noche de sueño existe un lapso de una hora en el cual se debe tomar el desayuno. Para mantener las baterías recargadas a lo largo del día, el desayuno ideal debe contar con al menos una porción de proteína que puede estar resuelta con un puñado de almendras, una porción de queso o un huevo.
El consumo de carbohidratos y azúcar con moderación en la primera comida del día también son una excelente opción para disminuir la necesidad de dulce que ataca por las tardes y salir cargado de energía a la calle. Hay que tener presente que el desayuno ideal no debe durar menos de 15 minutos para que se pueda masticar lentamente la comida y la digestión mejore, de preferencia debe realizarse sentado y en compañía.
Muchos especialistas recomiendan incluir al menos una porción de cereal que aportará energía a largo plazo, una de lácteos encargada del calcio y las proteínas de buena calidad y una de frutas para mejorar la función intestinal, aunque esto depende de tus preferencias y necesidades. Algunos platos que sirven como desayuno ideal para las mañanas son:
* Una taza de cereal con una taza de leche y un cambur o tres fresas en trozos.
* Un par de rebanadas de pan untadas con mermelada y un vaso de jugo natural o leche.
* Dos waffles o tres panquecas medianas acompañadas con trozos de frutas.
* Un sándwich de pan integral con dos lonjas de pechuga de pavo, una lonja de queso, lechuga, tomate y aguacate, con una taza del té de tu preferencia.
* Dos rebanadas de pan con un vaso de yogurt y una porción de fruta.
* Un tercio de taza de avena cocida en agua con una cucharada de frutos secos por encima y una porción de frutas.